Nuestras lechugas siguen creciendo, altas, fuertes, muy verdes y con muchas ganas de convertirse en una lechuga grande.
Desde el día que las germinamos nuestras lechugas mostraron ser fuertes y frondosas, sin embargo al transplantarlas se debilitaron un poco y hasta llegamos a pensar que las perdíamos.
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Sin embargo tomamos los cuidados necesarios, no nos íbamos a rendir ante este inconveniente, las lechugas eran nuestros pacientes y nosotros las doctoras.
Las regamos constantemente pero cuidando no ahogarlas, un error que comete mucha gente es pensar que se deben regar todos los días y llegan a ahogarlas, nosotras nos fijamos en el comportamiento y vimos que debían ser regadas un día sí y un dia no, también la exposición al sol fue importante de dosificar:
!No debes ponerlas todo el día al sol, se queman!
Decidimos sacarlas un rato no más de 1 horas y después a un espacio donde llega calor pero no están expuestas directamente al sol.
Después de estos cuidados nuestras lechugas empezaron a tomar vida de nuevo.
Si tu planta está muriendo !No te rindas! recuerda, el que persevera alcanza.
Sylvia Cárdenas
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